La leishmaniosis representa uno de los principales peligros para la salud de tu mascota, pudiendo llegar a ser letal sin el adecuado tratamiento veterinario, por lo que contra esta enfermedad tanto la prevención como las revisiones y chequeos periódicos resultan esenciales para velar por el bienestar de nuestros animales. Si bien es verdad que en este blog ya hemos hablado con anterioridad de esta enfermedad, no está de más repasar los conceptos básicos sobre uno de los dolores de cabeza más preocupantes para los dueños de los perros. Y antes que nada, recuerda que en Farmavet Fauna estaremos más que encantados de atender cualquier duda sobre prevención o tratamientos sobre esta patología.
Qué es la leishmaniosis
La leishmaniosis es una enfermedad que tiene su origen en la picadura del flebótomo, insecto volador parecido al mosquito, que al picar a nuestra mascota (o a nosotros, ya que se trata de una zoonosis o enfermedad transmisible a seres humanos), transmite el parásito leishmania infantum, responsable de la patología.
Es una enfermedad crónica e incurable y que puede llegar a ser letal si no es detectada a tiempo y tratada de forma apropiada por un veterinario.
Cómo se transmite
Esta patología se transmite por la picadura del flebótomo que se convierte en portador del parásito al picar a otro animal infectado. También se ha constatado la posibilidad de transmisión (aunque muy remota) entre perros, por mordeduras, transfusiones de sangre, a través de la placenta o de relaciones sexuales, pero esto es extremadamente poco frecuente.
Síntomas: cómo saber si mi perro tiene leishmaniosis
La leishmaniosis es una enfermedad caracterizada por poder presentar un amplio número de síntomas que pueden variar entre sí dependiendo de la respuesta inmunitaria del paciente.
De hecho, aunque no es lo más común, es posible que la enfermedad se desarrolle de manera asintomática durante un período de tiempo variable, mostrándose los síntomas cuando nuestro perro se encuentre en una fase de mayor debilidad a nivel inmunológico.
En cualquier caso, los síntomas que de forma general suelen experimentar los pacientes con leishmaniosis son:
- Alopecia (pérdida de pelo o aparición de calvas) en cabeza, sobre todo en zona de los ojos, nariz y orejas.
- Aparición de heridas que no cicatrizan
- Cojera
- Apatía
- Letargia
- Inflamación de las articulaciones
- Fiebre
- Aparición de costras
- Insuficiencia renal
- Hemorragia nasal
Diagnóstico
El diagnóstico de la leishmaniosis se puede realizar mediante distintas pruebas de laboratorio, entre las que encontramos las siguientes:
Test serológicos
Los test serológicos analizan muestras de sangre en busca de anticuerpos generados contra esta enfermedad. Se trata de pruebas rápidas y fiables que ofrecen resultados en pocos minutos, aunque puede darse el caso de que el test arroje un falso negativo, por lo que en ocasiones es necesaria la realización de un test adicional de confirmación.
Citorlogía de médula ósea o biopsia de tejidos
En ocasiones en las que existe sospecha de falso positivo o negativo, puede emplearse para detectar la presencia de parásitos del género leishmania infantum en células del paciente.
Prueba PCR
La prueba PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de Polimerasa) que tanto escuchamos en nuestros días (cada vez menos, y menos mal) permite detectar el material genético (ARN) del parásito. Se trata de un test con un alto grado de eficacia en la detección del parásito, aunque esta dependerá del grado de concentración del mismo en la muestra analizada.
Prevención de la leishmaniosis
Productos repelentes antiparasitarios
A la hora de prevenir la leishmaniosis, las principales medidas que podemos adoptar están encaminadas a impedir que nuestra mascota sea picada por el flebótomo, evitando así la transmisión del parásito causante de la patología.
Para tal fin, podemos hacer uso de distintos productos repelentes antiparasitarios disponibles en el mercado que nos permiten mantener a raya al flebótomo con un altísimo grado de eficacia (si bien es cierto que ninguno tiene una efectividad del 100%).
Entre estos repelentes contra parásitos externos (como el flebótomo) destacan:
- Collares
- Pipetas
- Esprays
- Champús
Gracias a esto, nuestra mascota estará a salvo de la picadura del flebótomo, así como de otros parásitos externos como pulgas o garrapatas, durante el tiempo de duración del efecto repelente del producto.
A la hora de elegir el más adecuado, es importante que consultemos a un veterinario, quien nos indicará cuáles son los más apropiados para mantener a nuestra mascota protegida frente a estos parásitos durante el mayor tiempo posible.
Vacunación
La vacunación contra la leishmaniosis, pese a no impedir que nuestro perro contraiga la enfermedad, si permitirá potenciar la respuesta del sistema inmunitario del animal, minimizando o eliminando la aparición de síntomas y dolencias asociados a la patología (ver síntomas de la leishmaniosis), lo que redundará en una mejor calidad de vida para el paciente.
Otras acciones adicionales que podemos realizar son la colocación de mosquiteras impregnadas con productos repelentes contra mosquitos en nuestro hogar o, en la medida de lo posible, no mantener a nuestra mascota al aire libre durante las horas nocturnas en época de calor (de mayo a septiembre).
El diagnóstico precoz es clave contra la leishmaniosis
Contra esta patología, el diagnóstico precoz resulta esencial, ya que nos permite darle al paciente el tratamiento más adecuado en fases iniciales de la enfermedad, cuando es más fácil atajar sus síntomas, para conseguir que nuestra mascota goce de la mejor calidad de vida posible
Por esta razón, revisiones y chequeos periódicos son nuestro mejor aliado, al darnos la posibilidad de detectar posibles casos de leishmaniosis en las primeras etapas de la enfermedad.
En Farmavet Fauna te proporcionamos el mejor asesoramiento y atención de calidad con la que prevenir que tu mascota contraiga leishmaniosis. También diagnosticamos la patología con fiabilidad apostando por la detección precoz para minimizar los efectos negativos de la enfermedad.