Con la llegada de la primavera y del buen tiempo, es más común encontrarnos con el habitual problema de pulgas y garrapatas en nuestra mascota. Con el aumento de la temperatura se eclosionan los huevos de estos organismos tan poco bienvenidos por nuestro amigo o amiga.
¿Dónde se encuentran las pulgas y garrapatas?
Se estima que casi el 90% de las pulgas y garrapatas se alojan en el ambiente y no en la propia mascota, por lo que es importante tener en cuenta que a la vez que desparasitamos a nuestro perro es altamente recomendable fumigar también su entorno, algo que no siempre se tiene en cuenta. El sofá, la alfombra, la casa del perro o la tierra con la que juega o donde duerme, son habituales habitats de pulgas y garrapatas. No es un problema menor, ya que estos, aunque diminutos seres, son realmente numerosos en ocasiones. Hay que tener en cuenta que una pulga adulta pone entre 20 y 30 huevos al día, pero que una garrapata puede llegar a los 4000 huevos, que además son capaces de permanecer en plenitud de facultades en el ambiente durante tres años.
No hace falta decir que este riesgo es mayor para las personas que viven con sus mascotas en casas de una dimensión no muy grande. En estos ambientes la contaminación de pulgas y garrapatas puede llegar a ser muy molesta.
¿Hasta dónde puede llegar el daño provocado por una garrapata?
Las garrapatas son una de las peores pesadillas para los dueños de las mascotas, ya que su presencia puede ser devastadora. Además de succionar la sangre, las garrapatas pueden transmitir a perros y a las personas Ehrlichiosis, que en los perros provoca anemia, pérdida de peso, fiebre, decaimiento, apatía… y que en casos muy graves puede llegar a afectar neurológicamente con cegueras o incluso la muerte.
En el caso del ser humano puede también llegar a provocar trastornos relacionados con la coagulación, dolores de cabeza, dolor muscular y fiebre.
¿Qué podemos hacer para descontaminar a nuestra mascota y nuestra casa?
Existen eficaces baños sanitarios para nuestra mascota con productos que permiten por un lado su desinfección y por otro, con el líquido restante, la fumigación del ambiente mediante rocío. Este baño debería ser aplicado sin enjuague y diluido en agua. Sus fuertes componentes provocarán la muerte y desprendimiento de los parásitos que atacan a nuestro perro en un plazo máximo de unas dos semanas.
Además de estos rigurosos baños, existen multitud de productos que nos van a permitir acabar con estos problemas sin mayor dificultad. Es importante visitar a nuestro veterinario para estudiar cada caso de manera individual. Según el riesgo de la zona podemos optar por varias posibilidades de prevención
Cuando se trata de adquirir un producto antiparasitario externo adecuado para nuestra mascota, la oferta es amplia y variada:
- Pastillas orales: es una opción muy habitual y totalmente válida y efectiva. Su efecto dura tres meses.
- Pipetas: llevan un líquido que es absorbido por la piel. Se aplica en la nuca del perro y a lo largo de su dorso (espalda) una vez al mes
- Collares: el principio activo es liberado progresivamente y se distribuye por todo el cuerpo del animal. Tiene una duración de 3 a 8 meses según el collar
- Sprays: suelen utilizarse para eliminar en poco tiempo los parásitos cuando ya hay una infestación importante. Una vez eliminados, se debe elegir uno de los productos de larga duración para proteger al animal de una nueva infestación
