Ldo. John W. Jimenez G. Colegiado Nº 24099 COFM

Ventajas, desventajas y cosas a tener en cuenta antes de llevarme a mi gato de vacaciones

Los gatos son animales muy territoriales y fieles a sus rutinas, por los que un cambio de ambiente puede ocasionarles mucho estrés ante la necesidad de adaptarse a un espacio nuevo. Es por este motivo que cada vez se demandan más durante las vacaciones los servicios de cuidadores de felinos a domicilio, cada vez se solicita más información sobre como poder llevar a cabo este planteamiento… y también cada vez son más los que deciden dejarse a su amigo en casa. Hoy vamos a hablar de todas las opciones y de sus condicionantes.

El gato, ¿mejor en casa?

Aunque en un primer momento puedes sentirte tentado a llevártelo contigo creyendo que nadie mejor que tú para cuidarlo, lo cierto es que los gatos son animales muy territoriales y fieles a sus rutinas, por los que un cambio de ambiente -sobre todo cuando se hacen por un periodo de tiempo corto como unos días o unas pocas semanas- , puede ocasionarles nervios, ansiedad y mucho estrés ante la necesidad de adaptarse a un espacio nuevo.

¿Cuál es entonces la mejor opción para un gato cuando nos vamos de vacaciones? Obviamente, dependerá de las posibilidades personales y económicas de cada uno pero lo ideal sería buscar aquella en la que el minino pueda sentirse lo más cómodo posible. Dejarlo en casa disfrutando de su hábitat habitual es, sin duda, el mejor recurso. Pero para ello, además, necesitaremos de la complicidad de algún familiar, amigo o persona de confianza que lo pueda supervisar debidamente o bien contratar a un cuidador a domicilio, una figura cada vez más demandada y que muchas clínicas veterinarias ya ofrecen entre sus servicios.

Por mucho que creamos que el gato es un animal independiente, dejarle solo, aunque sea durante un par de días, no será nunca una buena idea. Los felinos necesitan contacto a diario, interacción social y, además, la supervisión de un ser humano garantizará que va a contar con todas sus necesidades satisfechas. En el caso de que contemos con esa persona, ya sea porque nos hace el favor desinteresadamente o le vamos a retribuir económicamente, se puede optar por pedirle que se traslade al domicilio durante el periodo de nuestras vacaciones o bien que realice visitas periódicas. ¿Lo ideal? Que éstas estas se realicen al menos una o dos veces al día, que tengan una duración aproximada de una hora y sí puede ser que se hagan siempre en el mismo horario.

En lo que respecta a la alimentación es importante dejar preparada la cantidad de comida que estimamos va a necesitar el gato durante nuestra ausencia para evitar que pueda quedarse sin reservas y nuestro cuidador tenga que recurrir a otra marca o tipo. Indiquemos qué ración diaria necesita y a qué hora se la ofrecemos para mantener las rutinas al máximo.

Por supuesto, el agua es otro elemento esencial. Los gatos son animales de ‘morro fino’ a los que les gusta que el bebedero esté limpio y con agua fresca. Por lo tanto el responsable debe limpiar el bebedero con frecuencia e intentar que tenga agua fresca todos los días. Si el agua no se encuentra en buenas condiciones, el animal puede dejar de beber lo que provocaría una deshidratación.

Algo similar ocurre con el arenero. Es importante asegurarse que éste se limpie a diario y de que se reponga o cambie la arena cuando sea necesario.

Si el gato toma algún tipo de medicación también debemos dejarla preparada y a la vista del cuidador indicando la dosis correspondiente.

Además, la persona encargada del gato durante las vacaciones tiene otra misión tan fundamental o incluso más que la de los cuidados: la del contacto y la interacción social. En sus manos está hacerle mimos, jugar con él un rato, hablarle… para que se sienta acompañado durante este período. Una buena idea puede ser la de utilizar un juguete distinto cada día para que así no se aburra.

No me puedo separar de él: me llevo a mi gato de vacaciones

Si por el contrario somos totalmente incapaces de separaros de él o ella, o simplemente no tenemos a ninguna persona que pueda cuidarle o revisar su bienestar en nuestra ausencia, es más que viable la posibilidad de llevárnoslo con nosotros. Sin embargo, hay varios puntos que debes tener en cuenta en este caso.

Busca un alojamiento adecuado a tu gato o gata. Existen un montón de webs orientadas a las personas que deciden viajar con sus mascotas. En cualquiera de ellas, te informarán de las características del alojamiento y de las normas que debes respetar.

Algunos gatos tienen una serie de comportamientos adquiridos (rascar muebles, cortinas, marcar territorio con el orín), que no siempre son tenidos en cuenta o asumidos por los propietarios de hoteles, albergues u otros alojamientos. Demanda toda la información que necesites para evitar sorpresas desagradables.

Es conveniente llevar unos días antes a tu mascota al veterinario para cerciorarte de que no tiene ningún problema de salud que aflore durante el viaje. Además, en esta visita te podrán informar de qué hacer para calmar a tu felino durante el trayecto y durante las primeras horas que pasará en un ambiente desconocido para él.

Existen una serie de tratamientos naturales que pueden “preparar” al gato para estar algo más tranquilo. Estos tratamientos requieren administrarse tiempo antes del viaje (una semana o dos). El uso de hormonas felinas, tanto antes, durante y después del viaje, es muy recomendable, ya que las feromonas les hacen sentir más seguros.

En última instancia también hay medicamentos que calman al animal, pero éstos siempre deben usarse bajo prescripción veterinaria y en la dosis adecuada.

Para el viaje necesitarás un transportin de gato, y las características de éste dependerán del medio de transporte. Los aviones y trenes suelen cobrar extras por mascotas, además de tener un límite de animales en la sección de pasajeros y medidas específicas para los transportines. Es muy aconsejable llamar a la compañía para informarse sobre estos puntos y así evitar imprevistos.

Antes y durante el trayecto

Si vas en coche, las posibilidades son más variadas. El transportin puede ser rígido o no, e incluso hay gatos que van más tranquilos con un cinturón de seguridad específico para ellos, porque con él disminuyen la posible sensación de ahogo.

Lo ideal es colocar el transportin en el suelo, junto a los asientos, para que se mueva lo menos posible y nunca, nunca, NUNCA dejarlos sueltos en el coche.

Si el viaje es muy largo, es conveniente hacer una parada cada cierto tiempo. Administrarle agua con una jeringuilla es recomendable. Debes evitar darle de comer (pueden vomitar), o sacarlo del transportin (un gato asustado puede volverse incontrolable y salir corriendo).

Una vez lleguemos al sitio de vacaciones, deberemos elegir una habitación (el baño puede ser una buena opción) y dejar allí los enseres de tu gato, así como el transportin (que le puede servir de refugio).

Durante el primer día, evitaremos alterarlo e intentaremos que esté tranquilo. Así podrá irse habituando poco a poco al nuevo espacio. En pocas horas, su curiosidad le llevará a salir y empezar a explorar el entorno.

Aunque tengamos todas las precauciones del mundo, es indispensable tener a nuestro gato microchipado con los datos actualizados. Si el gato se escapara del lugar de vacaciones, el chip podría hacer que quien lo encontrase te lo devolviera o al menos te identificasen como propietario.

También puedes ponerle un collar a tu felino con una plaquita, que contenga tu número de teléfono. Esta solución tan simple, puede ahorrarte tiempo y disgustos.