Ldo. John W. Jimenez G. Colegiado Nº 24099 COFM

¿Qué es la leishmania y por qué puede llegar a causar problemas a los humanos?

En los últimos años hemos leído y escuchado bastante sobre la leishmania. Esta enfermedad es realmente peligrosa en nuestros perros, y además puede llegar también a los humanos. Es por ello muy importante prevenirla, conocerla y tratarla adecuadamente.

¿Qué es la leishmania?

La leishmaniosis, leishmaniasis o leishmania canina es una enfermedad parasitaria muy infecciosa transmitida sobre todo en perros que puede atacar tanto a la piel o a los órganos internos.

La Leishmaniasis cutánea afecta a la piel del peludo y es la más común, mientras que la visceral conseguirá afectar a los riñones, hígado y bazo de tu mascota si no actuamos a tiempo. Este último tipo suele ser menos común pero más peligrosa.

¿Cómo se transmite la leishmania?

Como no podría ser de otra manera, el mosquito es el encargado mediante su picadura de transmitir al huésped (en este caso el perro) el parásito encargado de provocar la enfermedad. Una vez el perro ha recibido el picotazo, el parásito entra en su organismo, se propaga por el torrente sanguíneo y comienza la infección. En algunos casos, ahí su peligrosidad, el peludo puede ser asintomático (cuánto nos suena esta palabra en estos días), es decir, que el parásito está inactivo durante meses o años. Esto no hará que nuestro perro esté fuera de peligro, ya que puede que no sienta nada y cualquier otra enfermedad active la leishmania, y ahí es cuando tendremos problemas de verdad.

¿Cuáles son los síntomas de la leishmania?

En el caso de que tu perro sea “afortunadamente” sintomático, podremos notarle que orina más de lo normal, que bebe mucha agua o que padece dolor en músculos y articulaciones.

Además de estos síntomas generales, en fases más avanzadas podemos notar alopecia alrededor de nariz y ojos, úlceras en la piel, uñas que crecen demasiado rápido, cambios de color en la piel, perdida de brillo de la misma, o necrosis en la punta de las orejas. En el caso de la leishmaniasis visceral, podemos llegar a entrever apatía, inactividad, pérdida de peso, hemorragia nasal, vómitos, diarreas y/o heces de color rojo oscuro o incluso negro.

Obviamente, en el momento que veas alguno de estos síntomas debes acudir lo más rápido posible al veterinario para que le realice un diagnóstico adecuado para ver si realmente está infectado o no.

¿Cómo prevenir la leishmaniasis?

La leishmania en perros es una enfermedad que no tiene curapero que se puede controlar o prevenir para evitar que tu perro no se infecte.

Lo ideal, como es lógico, es evitar que nuestro perro pasee por zonas con alta cantidad de mosquitos, pero como sabemos que esto no es nada sencillo existen en el mercado una variedad de productos que pueden ayudarte a evitar la picadura del mosquito:

  • Pipeta para leishmania: estas pipetas contienen un líquido antiparasitario que repele al mosquito y evitar que éste pique a tu peludo. La manera de suministrarlo, es en una zona donde el perro no pueda limpiarse, como la nuca por ejemplo o debajo de la nuca. Separamos los pelos del perro y aplicamos la solución en la piel hasta terminar con la totalidad de la dosis.
  • Collar contra la leishmania: este collar actúa igual que las pipetas que del primer punto, sólo que en este caso solo tienes que ponérselo al perro. No produce dolor, olor ni molestias a tu peludo. Es más, se suele recomendar el uso tanto de las pipetas como del collar a la vez para una mayor protección.
  • Vacuna contra la leishmania: mediante la vacunación generaremos inmunidad específica contra este protozoo y así evitar el desarrollo de la enfermedad.

¿Es la leishmania preocupante en los humanos?

Los humanos también podemos padecer leishmania, pero no será precisamente nuestro amigo el que nos la pegue, si no que el culpable será de nuevo ese mosquito que previamente haya picado a algún perro con la enfermedad. La OMS estima que unas 700.000 personas padecen esta enfermedad cada año en el mundo, por lo que no estamos ante algo lejanamente imposible.

En ningún caso esta enfermedad debería ser peligrosa para los humanos, y por eso no existe la vacuna. Sin embargo si que debemos estar atentos si padecemos síntomas como fiebre, llagas en la zona de la picadura, hemorragia nasal y úlceras en boca, nariz, labios o encías.

Recientes estudios han demostrado que solo el mosquito hembra transmite este virus, lo cual parece un avance importante para controlar una enfermedad que afecta sobre todo a los países más pobres.